Palpita tu corazón con latidos frecuentes, y en cada palpitar sientes el fluido de sangre que Pompeo de tu órgano vital hacia todos los otros órganos que en conjunto se unen en un solo propósito de dar vida a el Corazón para que exista un ser viviente. Y todo parece una rutina y costumbre, y se da de hecho que el síguiente suspiro procede. Y así pasa una vida entera sin pensar que en un segundo inesperado la máquina del cuerpo cesa y se convierte en el último soplo de vida. Y que paso con esos momentos los cuales eran de enojos, de lamentaciones, de llantos, de tristeza, y que de las alegrías gloriosas y las risas que seguían con lágrimas y saltos de euforia. Con esas metas que solo se imaginaban y nunca se concretaron, y que de las miles de veces que el silencio fue la única respuesta a momentos dolorosos, y cuando te decías esta es la última vez que permito que me usen y me engañen. Donde quedaron las dudas, las mentiras que uno mismo se inventaba, me pregunto que paso con los sueños que se espumaron por falta de voluntad y disciplina. Y de repente te das cuenta que lo único que en verdad existía era la esencia divina que en cada palpitar te gritaba VIVE que la vida solo es hoy, que lo único que se te exige es que te ames y seas feliz y luches por tu existencia y dejes de poner excusas a el regalo de la vida y el privilegio de la existencia! Si estás leyendo este mensaje entonces por favor: VIVE porque aún tú corazón palpita.
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Abrazando a tu Enemigo
